jueves, 20 de diciembre de 2007

La guerra de Gila



La noticia cayó sobre la población como una bomba:

- ¡¡Extra, extra!! ¡¡Zapatero obliga a los españoles a ir con bombín en homenaje a José Luis Coll!!

El sonido que hace un país cuando se resquebraja violentamente sacudió los oídos de todos. No tardó ni un día Rajoy en proponer una alternativa: todos los españoles de bien deberían protestar contra esa medida, calzándose el sobrero de copa de Tip, que como todos sabemos, era de derechas.

El díscolo Gallardón se desmarcó y creyó conveniente que los madrileños salieran a la calle en parejas con una americana roja y una azul unas cuantas tallas más grandes y una copa de ponche en la mano, como los castizos Faemino y Cansado.

Lógicamente, en Catalunya se saltaron a la torera esta norma: vestidos de negro, con barbas y gafas de sol, bebían ginebra con naranja y preguntaban a todos si “elsabenaquel”.

La guerra había estallado: desde Andalucía llegaron las imágenes de millones de personas manifestándose andando como Chiquito por las calles de Sevilla. Se agotaron las boinas de Marianico el Corto en Aragón, la comunidad argentina afincada en nuestro país reivindicó, instrumento en mano, el legado del maestro Mastropiero, los jóvenes se encerraron en las universidades, concretamente en las cafeterías de las mismas, alegando que esa decisión no era chanante, que Zetapé se había convertido en un maldito viejuno… el país estaba envuelto en una vorágine torrencial comenzada por un simple aleteo de bombín.

“Pel dret a decidir” fue el lema escogido para enfrentarse a la arbitraria norma. Yo lo viví en Barcelona y fue espeluznante ver a los trincos Carod, Mas y Montilla cantando “quésquesélamerdé” mientras en Valencia, Rita Barberá contaba chistes de gangosos al más puro estilo arevaliano.

Surgieron pequeños grupúsculos de seguidores de Jaimito Borromeo, pero fueron fácilmente interceptados por las fuerzas de seguridad, que los lanzaron al mar con zapatos de payaso llenos de cemento.

Con el país levantado en armas, el Rey Juan Carlos tuvo que salir furtivamente una noche gélida hacia Francia, ya que se le echaba en cara aquel desliz cuando fue sorprendido riendo las subidas de tono gracietas de Benny Hill.

El caos se adueñó de las ciudades y los que antes eran hermanos, ahora estaban enfrentados por sus ideales.

Fue entonces cuando desde el exterior llegaron a la conclusión de que, por fin, los políticos españoles habían conseguido lo que no fueron capaces de lograr con lo de las cercanías, lo de la guerra, lo de los jueces, lo del 11M, lo de la COPE, lo del 3%, lo de la Copa América, Madrid 2012 y el Fórum, lo de Espe, lo de los pisos, lo de las propinas, el conejo y la madre que los parió: tener por fin, un país de risa.

Feliz Navidad.

miércoles, 19 de diciembre de 2007

Payasada



Montó un circo y le crecieron los enanos.

Entonces montó un equipo de baloncesto y se forró.

lunes, 17 de diciembre de 2007

Abrevedero



Siempre pensó que el tiempo acaba poniendo las cosas en su sitio.
Hasta que su madre dejó de ordenarle la habitación.

jueves, 13 de diciembre de 2007

Cafelito con Don Antonio Ozores



Tras un largo tiempo de negociaciones entre nuestros representantes y los suyos, por fin hemos podido lograr el objetivo que nos marcamos al iniciar esta blog. Ha costado, pero el esfuerzo ha dado sus frutos y finalmente estamos aquí, sentados en el Café Gijón donde nuestro héroe pasa sus horas cavilando sobre el futuro del mundo y tomándose la vida con humor, como hacen los grandes de la escena.

Ha pedido un café cortado, pero el camarero no lo ha entendido bien y le ha traído un bocadillo de calamares con sanfaina. Don Antonio, dando buena muestra de la magnificencia y la sencillez de las grandes estrellas del firmamento cinematográfico, ha hecho como si nada, le ha añadido azúcar, lo ha removido mucho y se lo ha bebido.

Mientras conversamos, numerosos viandantes se detienen preguntándose si es él o no y algunos, los más lanzados, se acercan y le piden un autógrafo. Contesta con una sonrisa que sí, no sólo por mantener a las fans sino que además, confiesa, les roba el bolígrafo siempre que puede y luego los regala a la Asociación de Mancos, Mutilados y Maniatados de Madrid (AMMM) para que jueguen o para que, exclama con su sinpar gracejo, se los metan por donde les quepan. Para que luego digan que el éxito y la fama no pueden convivir con la solidaridad.

Hablar con esta leyenda es lo máximo a lo que este simple chiquilicuatre habría soñado jamás. Por eso trato de comenzar con el máximo respeto y paso de puntillas sobre los aspectos del corazón que en estos momentos los buitres carroñeros andan despiezando sin piedad en los programas de sobremesa. Por tanto, si el lector espera encontrar aquí alguna información extra sobre las fotografías en las que aparece don Antonio realizándole una lavativa con salfumán a la novia de Fernando Alonso mientras ella grita con su maldita voz de pito, se han equivocado de revista. Aquí hemos venido a hablar de cine.

- ¿Cómo empezó todo?
- En el principio, majo, fue la luz. Dios dijo hágase la luz y tranque lo que siguiendo an dur lamjorlardo, que sepamos todos milostrespertando guardaraíles sum sum corda, luego llegó mi hermano y me dio mi primer papel. Me limpié y tiré de la cadena.
- ¿Cree que su cine ha estado infravalorado por los progres de mierda incapaces de ver a un gran actor aunque se defeque en sus malditas y sociatas caras?
- Sí. Quiero decir, no. Vamos, que no lo sé. Las estrellas como yo no nos detenemos a leer a las críticas. Nos las llevamos a la cama, simplemente.
- Usted ha sido un gran sex simbol aunque no le guste presumir de ello. ¿Con cuántas mujeres se ha encamado?
- ¿A la vez? Con 3.000. De una en una, con 5 ó 6, todas doncellas menos una, que era burgomaestre de un pueblecito de Cuenca, una monada oiga, aún guardo la foto en la cartera. Lo que no guardo es la cartera, así que si no le importa, me quedo la suya.
- ¿Por qué cree que se le resistió el Óscar?
- Porque me vio venir. Si no, lo mato.
- ¿Cree que el hecho de no vocalizar le ha perjudicado?
- Teniendo en cuenta las frases que me ponían los guionistas, no. Y que sepa, querido amigo, que los más grandes nombres que ha dado la historia universal, no vocalizaban bien. O eran extranjeros. La cuestión es que no los entendíamos. Por tanto, vocalizar o no folaquizar, nesa sé custion la.
- ¿Usted popularizó la frase “ahora por fin ya somos europeos”. ¿Cree que se encasilló en papeles de una sola frase?
- ¿Usted es gilipollas? Mire, y en una sola frase se lo he dicho. A ver si va a tener usted razón, reporterillo.
- Una gran parte del público español echa de menos las lecciones de interpretación a las que usted nos tenía acostumbrados. Somos los mismos que no veíamos en usted sólo a un cuerpo escultural sino también a un actor del método, a la altura de Robert de Niro y más alto que Danny de Vito. Y creemos que la escena está huérfana sin su presencia. ¿Piensa volver al cine?
- Depende de lo que echen.

En ese momento le llaman por teléfono. Es Fernando Esteso, que le propone un nuevo proyecto. “Te las he dejado pintaditas en la taza del váter”, atino a escuchar. ¡Qué grandes, qué modestos! Estos prohombres de la cultura hispana ahora se dedican a la pintura y para no pecar de vanidosos, intercambian sus obras de arte en urinarios públicos. Henchido de orgullo y satisfacción doy por terminada la entrevista, habida cuenta de que el señor Ozores se ha ido con viento fresco. Pago la cuenta y los 4.000 euros que tenía pendientes en el bar y me vengo para la redacción, sabedor de que ya no se hacen actores como los de antes.

Fran Perea, yo te maldigo.

martes, 11 de diciembre de 2007

Critica, que algo queda



Esto de ser personajes más o menos públicos supone, además de mucho dinero y una vida plagada de lujos, momentos menos agradables como el tener que estar expuesto a críticas que provienen desde diversos puntos, unas veces positivas pero hay otras que ay, no lo son tanto.

Dicen los que saben de esto que para que las críticas no le afecten, uno debe tener la piel muy gruesa. Siguiendo ése consejo engordé quince kilos a base de parrilladas argentinas y así conseguí hacer frente a las diatribas que me lanzaron desde todos los suplementos culturales cuando publiqué mi primer libro “Yo maté a Lucía Etxebarría, pero porque llegué antes que los demás candidatos” que trataba de ser una reflexión filosófica sobre el intramundo del artista frente a su obra pero que por los azares de la vida y un error de imprenta acabó siendo un compendio de chistes de leperos.

Entre las más feroces críticas guardo recortes de aquélla de ABC, en la que se me decía “el libro de este nobel escritor guarda la curiosa virtud de ser, en un solo tomo, dos libros en uno. El primero y el último que escribirá este analfabeto inmundo.”

La Vanguardia no se quedaba atrás y decía el calumnista (qué chispa tengo) que “como no quiero ser duro con la gente que empieza en esto del juntaletrismo, me contendré y diré que antes que volver a leer un libro de este inepto zangolotino, prefiero que mi suegra me saque los ojos de sus cuencas con un cucharilla y que en su lugar me pongan dos tapones de corcho.”

El País: “Queremos desde estas páginas pedir disculpas cuando criticamos que los nazis hubieran realizado multitudinarias quemas de libros. Es más, pedimos que vuelvan y que hagan lo mismo con este subproducto infernal.”

El Mundo: “Hay que reconocerle al autor y a la obra su alto contenido didáctico, ya que permite hacer experimentos. Por ejemplo, si usted pone el libro en el suelo y acto seguido realiza usted una deposición a unos metros, puede comprobar que las moscas acudirán mucho antes a la llamada del papel que a la de la mierda misma. Y eso es algo realmente increíble que no todos pueden lograr”.

A todas ellas hice oídos sordos y no dejé que las envidias de unos escritores frustrados me hiriesen, porque como dice mi abuela, no ofende quien quiere sino quien puede. Sin embargo, digo públicamente aquí que hubo una que me dejó más que hundido. En el suplemento cultural de La Razón (valga la paradoja) se me decía que “Se trata, sin duda, de un gran libro, perfectamente escrito por un autor que entra con fuerza en el desolado páramo de las letras patrias. Tiene ingenio, sabe dotar de ritmo a la narración, con personajes perfectamente construidos y una clarividencia espectacular para atrapar al lector desde la primera a la última página.

Y en el apartado musical, recomiendo sin ningún género de duda el último disco de Pau Donés. Tiene ingenio…”

Y es que hay cosas que duelen. Y mucho. Bonito, todo me parece bonito…

viernes, 7 de diciembre de 2007

Anonimos anonimos




El anónimo anónimo se ha tomado un poleo de marca blanca para tratar de calmar su ansiedad. Quiere contenerse, pero le está resultando difícil. Para quitarse el mono, de vez en cuando envía un sms a los programas del corazón diciendo “Paquirrín, ¿qué se siente cuando arruinas una vida?” y cosas por el estilo. Eso le proporciona un instante de paz, pero no basta. Además, como escribe sin faltas ortográficas, los responsables de los programas no suelen poner sus mensajes para no elevar en exceso el contenido intelectual del mismo.

Ha tratado de curar su adicción con otros sucedáneos, como enviar notas con caracteres de periódicos recortados, pero se está dejando el sueldo en sellos y tiritas, ya que no es muy diestro con las tijeras.

Para colmo, con el maldito Domo y su estúpido identificador de llamadas, cuando contacta por teléfono a un número al azar para emitir gemidos o decir “Esto es ridículo, esto es ridículo, no lo entiendo”, no tardan en devolverle la llamada para contestarle que si no deja de tocar los huevos a esa hora de la noche, la próxima llamada que recibirá será la de la policía.

El anónimo anónimo buscó ayuda en “Anónimos Anónimos” y desde que se decidió a dejarse aconsejar, ha mejorado un poco. Pero no puede decir que esté curado del todo, porque todavía se levanta noches como ésta, completamente empapado en sudor y anda descalzo por su casa, movido por una inexplicable atracción. Como si de un adicto al chocolate se tratara, se abalanza sobre la nevera en forma de ordenador, abre el navegador y va a su página de favoritos, donde le espera la tentación.

Frente a frente, unos segundos que tardan en pasar muchas horas. Ahí afuera, el camión de la basura se lleva los desperdicios de los que sí que nos podemos deshacer. Sin embargo hay otros que se quedan ahí dentro, enquistados y van haciendo daño, mucho daño.

La mano izquierda se calienta abrazando la taza de poleo mientras que la derecha, pecadora, agarra el ratón y deja que el dedo índice haga clic en la página de favoritos, donde ésos dos imbéciles han vuelto a poner un post.

Anónimo dijo: sigo sin entender nada. Ni siquiera esa pregunta, que volvió a llegar tarde. Y todo me parece tan ridículo como vuestro blog.

El anónimo anónimo marcha a la cama, chutado y duerme como un niño. Y mañana, en la reunión de Anónimos Anónimos, comentará en público que ha recaído y todos le animarán, como se anima a los perdedores cuando han dejado la nevera vacía.

miércoles, 5 de diciembre de 2007

Esta casa es una ruina



Cuando sonó mi zapatófono, casi me caigo del caballo. La última vez que desde la regia casa utilizaron este método para comunicarse conmigo fue durante las duras jornadas del 23 F. En aquellos tiempos yo actuaba como asesor del Rey a pesar de que contaba sólo con 6 años. Por eso le recomendé que se dirigiera a la nación con nariz de payaso y preguntara ¿cómo están ustedes? para resultar más cercano. Finalmente, la opinión de Pedro Erquicia se impuso sobre la mía y hoy casi nadie recuerda aquél discurso tan sosainas.

Bajé de mi jamelgo, me descalcé y descolgué, no era plan de hacer esperar al Rey.

- ¿Majestad?
- Llámame Vicente, Juan Carlos, que hay confianza. ¿Qué te pasa, campechano?
- Dirás qué no me pasa, ¿no lees los periódicos?
- Sólo El Jueves, pero desde que sale a veces sí y a veces no, ya no lo compro.
- Bueno, pues que esto de ser Rey mola, pero a veces pasas malos tragos. Tengo muchos frentes abiertos ahora y necesito de tu colaboración en el más importante.
- No me digas más, quieres que redacte el discurso de Navidad.
- No, no, eso se lo he encargado al anónimo de tu blog, interesa que nadie entienda nada.
- Entonces, ¿en qué te puedo ayudar?
- Imagino que sabrás que mi hija Elena tiene, lo que se llama entre los monarcas, un “annus horribilis”.
- Por no hablar de la cara…
- Es mi ojito derecho y no me gusta verla sufrir. Necesito reforzar su imagen, y he pensado en ti. Eres un tío apuesto, sensible, cultivado, millonario, con don de gentes, ocupas un puesto importante en la sociedad, influyes en las grandes decisiones mundiales, te gustan los niños y por los cuadros que decoran tu casa, tienes el sentido del gusto metido en una caja fuerte cerrada bajo siete llaves.
- ¿Adónde quieres llegar, Juan Carlos?
- Es muy fácil. Eres la persona ideal para sustituir a Jaime de Marichalar. Quiero que te cases con mi hija. Creo que eres el indicado, incluso más que Pedro Erquicia. ¿Qué me dices?¿Hola? ¿Superintendente? ¿Estás ahí?


Yo sí estaba ahí. Quien no podía decir lo mismo era mi zapato, que volaba por la dehesa salmantina, presto a estrellarse contra el suelo mientras yo, cabalgando a toda velocidad, llamaba desde el otro zapatófono a mi amigo Federico para que, uniendo mi inteligencia estratégica y sus dotes de gran comunicador, acabemos de una vez por todas con esta farsa que ya está durando demasiado.

Viva la República.

jueves, 29 de noviembre de 2007

Panico a una muerte ridicula



El empleado modélico se dio cuenta de que llegaba tarde a la oficina, y eso al jefe le molestaba muchísimo. Por eso aceleró y adelantó al coche que le precedía, sin darse cuenta de que por el otro carril venía un camión.

Se estrellaron y el empleado modélico murió al instante.

Su jefe, escarmentando en cabeza ajena, decidió no correr tantos riesgos. Y por eso llegó tarde al entierro.

martes, 27 de noviembre de 2007

Vidas ejemplares: Perico Delgado



Cuentan las enciclopedias que la bicicleta fue inventada en 1735 en un pequeño pueblo de Francia por Monsieur Biciclét. Si bien fue utilizada en un principio por la élite intelectual francesa para desplazarse de un sitio a otro, no llegó a convertirse en un medio de transporte de masas hasta 15 años más tarde, cuando siguiendo las indicaciones de su joven aprendiz, Monsieur Biciclét agregó un elemento al invento que significaría una verdadera revolución: las ruedas, una delante, una detrás y en ocasiones, dos pequeñitas a los lados.

Desde entonces hasta ahora mucho ha llovido. De eso no tiene la culpa Monsieur Biciclét, que murió accidentalmente tratando de inventar la grapadora, ni nuestro homenajeado, que nació muchos años después en Segovia, capital del cochinillo y famosa por su acueducto, al que mandamos un afectuoso saludo desde estas páginas.

Aunque pudiera parecer extraño, el gran Perico Delgado siempre tuvo una gran pasión: los caballos. Desde que era un zagal quiso poder emular a sus grandes mitos: el llanero solitario y Lucky Lucke. Su sueño era cabalgar por las castellanas praderas, dando su merecido a lomos de su fiel y cuadrúpedo acompañante a todos los osados bandoleros que osasen molestar a damiselas y orondos hombres de negocios vestidos de negro que viajaban en las caravanas, al más puro estilo John Wayne.

Fue ése el motivo que le llevó a pedirle a su padre un pony como regalo de Navidad. No quería el progenitor defraudar a su vástago, mas la bonanza económica no se había instalado, precisamente, en el hogar de los Delgado. Tuvo que ingeniárselas el buen hombre para poder ofrecerle un gran regalo a Perico el día de Reyes. El ilusionado niño llegó corriendo a los pies del abeto adornado para la ocasión. Llevaba (el niño, no el árbol) un sombrero de cow boy en la testa, una estrella de sheriff en el pecho y una pistola a cada lado de la cintura, que no le impidieron desenvolver rápidamente el regalo, ya que temía que el pobre pony muriese ahogado.

Tras diez segundos mirando con extrañeza al regalo, el niño alzó la mirada y espetó a su padre:

- Pero papá, esto no es un pony. Es una bicicleta.
- No hijo, eso es un pony. Un pony postmoderno.
- Melosplique- dijo mientras enjugaba una lágrima de su carrillo.
- Verás hijo, los caballos de tus héroes ya prácticamente no existen por culpa de los masones (en aquella época, los masones eran como hoy ZP, se les podía echar la culpas de todo y no pasaba nada). Los grandes hombres de hoy, los que salvan a la gente de que no los atraquen y se casan con la guapa van con estos caballos a pedales tan bonitos. ¿No ves que hoy en día todo son carreteras? ¿Tú has visto algún caballo por las carreteras?
- No papá.
- Pues hale, súbete al pony y pirando, que en un rato nos comemos el roscón, postmoderno también - dijo su padre, acabando la conversación con un poco de amargura por haber engañado a su hijo y con un poco de congoja, ya que había gastado todo su dinero en la bici y en vez de roscón había puesto en el horno una pescadilla con corona.

A decir verdad, al niño le costó un poco creerse aquel camelo (el de la bici y el de la pescadilla), pero en aquellos tiempos la figura paterna todavía conservaba algo de la autoridad que hoy ha desaparecido por completo y si tu padre te decía que una cosa con dos ruedas y un bombín era un caballo, pues tú te lo creías y en paz.

Las cosas como sean, el padre acertó con el regalo y el tiempo demostró que lo de Perico era el ciclismo. Porque muy poco tiempo después el niño soñador ya había ganado dos Vueltas a España, un Tour de Francia y se quedó a las puertas del segundo precisamente por ser demasiado soñador: se quedó dormido antes de la contrareloj del primer día y llegó 12 minutos tarde.

Gracias a Perico, millones de españoles se engancharon al ciclismo, millones de españoles supieron que en Segovia había algo más que cochinillos y acueductos, millones de españoles dejaron de hacer la siesta durante el mes de julio y millones de españoles aprendieron palabras en francés como Tete de la course, Alpe D’Huez, Tourmalet, Moto 1, Moto 2 y Moto 3.

Sí, luego vino Indurain y se lo pulió todo, pero el que más molaba era Perico, cuya fama cayó en picado cuando aseguró al prestigioso rotativo francés L’Equipe que “todo lo que he conseguido no es mérito mío, sino del caballo”.

Diciendo esas cosas y llamándose Perico, es normal que la sombra del dopaje se haya extendido ahora por todas las praderas segovianas. Pero en fin, qué se le va a hacer, nadie es perfecto. Y el que esté libre de pecado, que tire la primera jeringuilla.

lunes, 26 de noviembre de 2007

Abismo



El hombre dejó que el aire le acariciase la cara, miró al infinito y dijo: "ahora ya me puedo morir tranquilo".

Y entonces le entraron los nervios.

jueves, 22 de noviembre de 2007

ESTO SE ACABA (reflexiones sesudas sobre el cambio climatico y otras gaitas)



Además de los elevados ingresos de los patrocinadores, alguna de las ventajas de haberme convertido en un referente de la cultura nacional gracias a este blog es que suelen invitarte a actos importantes en calidad de ponente y que se te está permitido escribir frases tan largas como ésta sin que nadie dude de tus capacidades gramaticales.

Digo esto porque durante la semana pasada acudí invitado a la Cumbre Contra el Cambio Climático (CCCC) de Valencia, en la Ciudad de las Artes y las Ciencias (CAC), donde se celebran eventos tan artísticos como la reunión de frikis con ordenador y tan científicos como la exaltación de las falleras mayores.

Allí estábamos todos los que pintamos algo en el pensamiento internacional y Rita Barberá, que hacía de anfitriona y que inauguró el acto con una de sus míticas frases: “senyor pirotècnic, pot escomençar la mascletà.” La otra es: “un whisky doble” y suele utilizarlas en similares cantidades.

En su discurso explicó su teoría de que para frenar las subidas del nivel del mar hay que construir muchos edificios en primera línea, de forma tal que los bloques de hormigón frenen el líquido avance y que los inquilinos puedan ir a la playa simplemente saliendo al balcón. Muchos señores gordos con bigote y puro aplaudieron con delectación. Algunos progres saltaron por las ventanas, cayendo al foso de los cocodrilos habilitado para la ocasión.

Una vez comidos los elementos subversivos, comenzaron las ponencias. Seré sincero, a mí todo aquello me pareció un aburrimiento que te defecas. Además, no sé inglés y me da cosa ponerme un pinganillo en el oído (a saber por qué orejas ha pasado antes), por lo que me tiré dos días viendo a gente parlotear frente a diapositivas de glaciares que se caen, pueblos lejanos inundados y finlandeses socarrados por el sol.

Lo que sí que me encanta de estos saraos son los ágapes, cuchipandas, refrigerios, jartadas o coffe breaks, como quieras llamarlo. Ahí coincidí con el nuevo Secretario General de la ONU, el chino ése al que muchos siguen llamando Koffe Annan y otros Chu Lín. Conectamos en seguida porqué él tampoco sabe inglés, y en un perfecto castellano con un sospechoso acento granadino me confesó que en su país están muy preocupados por los efectos que el cambio climático puede tener sobre el rollito de primavera. Nos descojonamos vivos y nos plimplamos una botella de rioja brindando por los osos polares y luego nos pasamos toda la tarde cuchicheando sobre las múltiples posibilidades que da el apellido de Leire Pajín para hacer gracietas.

Llegó mi turno y subí al estrado con una rama de olivo en la boca (ya no sé qué hacer para dejar de fumar). Siempre he creído que los más grandes problemas tienen las soluciones más sencillas. Y salvo cuando traté de sacarme la carrera de matemáticas, esta forma de pensar me ha dado buenos resultados. “Amigos, dejémonos de retruécanos argumentativos y vayamos al grano. La solución que yo propongo para vencer al cambio climático es la siguiente: un desmangado para cuando haga mucho calor. Un chubasquero para cuando llueva. Un suéter de cuello alto para las bajas temperaturas. Y llevar siempre, siempre, en el maletero, una rebeca por si refresca de repente.”

Un silencio aterrador inundó la sala. Había solucionado el problema, echando por tierra sus ingresos futuros gracias a conferencias con fotos de glaciares que se caen, pueblos lejanos inundados y tal.

Entre los gritos histéricos que siempre provocan las grandes ideas incomprendidas y ayudado por el personal de seguridad abandoné la sala a través de la ventana, cayendo al foso. Por suerte, los cocodrilos no comen señores transgénicos.

Con la satisfacción del deber cumplido y el convencimiento de que el tiempo me elevará a los altares del ecologismo me vine para casa mientras un tifón arrasaba el barrio de pescadores, la sequía convertía los campos de naranjos en campos de golf y los edificios crecían por encima de las nubes gracias a las lluvias.

Tóxicas, of course.

miércoles, 21 de noviembre de 2007

Lenocinio y yo



El camión se desvió, casi automáticamente, en cuanto se acercó a las sugerentes luces rosadas que con un escueto mensaje, despertó de golpe el interés del cansado conductor. “El Bassot”. Coño, me gusta este nombre para un club. Ya estoy harto de tanta literatura barata: El Quijote, Baco’s, Dafne’s, Venus…

El conductor apagó la radio dejando a José María García con la estupidez en la boca y aparcó su vehículo lo más escondido posible. Bajó de un salto de la cabina, se apretó el paquete y entró decidido a darse un gustazo.

Una luz tenue, un dulzón olor a pachulí y cómo no, música de Julio Iglesias, el ambiente ideal. Sorteando bellezas en ropa interior se llegó hasta la barra, donde con firmeza apoyó su viajado codo y pidió un gintonic poco cargado de tónica.

Para que se te acerque una chica has de mostrar indiferencia, así que él se dedicó a mirar al techo y canturrear para sus adentros “lo mejor de tu vida me lo he llevado yo…” como si estuviese allí por casualidad. Medio minuto después, una estupenda rubia de 1,80 y bellas facciones caucásicas le acarició el brazo con suavidad.

- La verdad es una de las primeras mentiras que se cuentan- le espetó la chica para romper el hielo.

- La verdad, amiga, es que prefiero mantenerme callado y parecer idiota que abrir la boca y esclarecer las dudas- contestó, cruzando las piernas para disimular la tremenda erección que se abría paso a empujones.

Ella, sabedora del estado de creciente excitación en el que estaba sumiendo a nuestro protagonista, le susurró al oído.

- La mayoría de las gentes triunfaría en las cosas pequeñas si no estuviera hostigada por las grandes ambiciones.

- Yo soy camionero y sé de buena tinta que el amor y la razón son dos viajeros que nunca moran juntos en el mismo albergue: cuando uno llega, parte el otro.

- Me encanta que me digas esas cosas. Me pones a mil. Por eso te diré, cariño mío, que la sabiduría consiste muchas veces en cambiar una cosa por la otra.

- Ahhh…no puedo más. He acabado. Lo siento, es la primera vez que me voy tan rápido.

- No te preocupes, me ha gustado mucho.

- No, no te ha gustado, eso se lo dices a todos. Me tengo que ir. Volveré otro día y te daré el repaso que te mereces, puta.

- Adiós, y conduce con cuidado, que vale más perder un minuto en la vida que la vida en un minuto.

Y nuestro hombre salió del Bassot rumbo a su camión con el sentimiento de culpa con el que salía cada vez que pisaba una puta casa de citas.

martes, 20 de noviembre de 2007

20 ENE. A OTRO PERRO CON ESE HUESO.



Hola, soy el Superintendente Vicente. Y éste es Patxi, mi campeón.

El 20 de noviembre es una fecha especial para los amantes de los perros. Y es que hoy es el día internacional del muerto el perro se acabó la rabia. Dos de las personas que más pulgas y rabia han extendido por el país murieron tal día como hoy, después de haber proporcionado una vida de perros a millones de españoles, cuyos huesos siguen enterrados por las cunetas.

Quiso la casualidad que tal día como hoy naciera el gran Patxi. Desde entonces hasta hoy se ha dedicado a ladrar, comer, cagar y dormir. Como un diputado (lo mismo me da el partido, sólo cambia el color del collar). La diferencia entre ellos y Patxi es que la mierda que él suelta no ensucia a nadie porque ya estoy yo para limpiarla. Y que cuando él duerme, lo hace con la conciencia tranquila porque no ha mordido a nadie.

El capitán rumikel dijo una vez acerca de su mítico Mag: “mi perro es una bellísima persona”. Yo os propongo que echéis un vistazo a todos los bulldogs que saldrán hoy a levantar la mano derecha gritando contra los monos, panchitos y demás garrapatas que según ellos nos invaden y nos dejan el país lleno de meados por las esquinas, a ver si de alguno de esos perros podéis decir que se acercan mínimamente a la definición de personas. Lo de bellas lo descartamos, que no hay que abusar.

Hoy Patxi pasará el día cara al sol porque no tiene nada mejor que hacer. Es lo que tienen los animales. Feliz día.

lunes, 19 de noviembre de 2007

LA MOVIDA



Cuando digo que el madrileño es la raza más coñazo que ha habido en la historia de la humanidad hablo desde el profundo conocimiento de causa y con la exactitud científica y la autoridad que me da el haber estado suscrito durante 6 meses a la revista Muy Interesante. Y lo hago a sabiendas de que desde el centro del país me tacharán de racista, de independentista, de etarra, de rojales y que me dirán al cruzarse conmigo que no soy una persona ideal o fenomenal. Qué le voy a hacer, son gajes del oficio al que me dedico, que no sé exactamente cómo se llama porque tiene un nombre inglés.

Viene todo esto a cuento por dos razones: una, porque de alguna forma hay que empezar este post. Y otra, por el coñazo que dan los madrileños con la maldita movida (huy, perdón, La Movida, con mayúsculas). Esos años gloriosos de la cultura española (huy, perdón, de la contracultura) de la que salieron grandes artistas como Glutamato Ye ye, Ágata Ruiz de la Prada (huy, qué transgresora, un corazón rojo y uno amarillo, qué valiente), Ana Torroja y los hermanos Cano (voy a dejar de poner paréntesis empezando por huy), David Bisbal o Miguel Servet.

Y usted también, hombre, métase. Todos, absolutamente todos caben en La Movida, todos estuvieron en Madrid viviendo la noche a tope porque Madrid era la ciudad que nunca duerme y de Madrid al cielo y bla bla bla. Y los que no estuvieron ahí porque les pilló mayores, por favor, que pasen a la sección “Yo estuve en Mayo del 68” o en subsubsecciones “yo corrí delante de los grises” o “nosotros nos cargamos al dictador”.

Para formar parte de la movida tenías que cumplir uno de estos requisitos: ser homosexual, mujer liberada (puta cual gallina), Tierno Galván o cantante. Como quiera que hay una gran cantidad de personas a las que no les mola la gente de su sexo (lo que alguien del PP calificaría como “personas normales, no enfermos mataniños y destrozafamilias”); como quiera que por muy abiertas que fueran las mujeres, las caras y los cuerpos de los españoles seguían siendo como han sido siempre: alfredolandísticos, y encamarse con ellos así porque sí era un ejercicio de extrema fuerza de voluntad; y como quiera que Tierno Galván sólo había uno, pues todos los demás se metieron a cantantes, aunque tuvieran menos voz que Harpo Marx.

Y por culpa de La Movida el resto de españoles, madrileños o no, nos hemos tenido que tragar giliflautas como Germán Coppini, Enrique Urquijo, Tino Casal, Fabio MacNamara o a la inefable Alaska. Hasta Pedro Almodóvar se puso a cantar. Menos mal que un día se dio cuenta de que si estaba en la cama con 3 señores peludos y erectos igual era porque era más marica que un palomo cojo y se fue corriendo al primer grupo y pudo dedicarse a hacer películas con curas pedófilos, travelos con hijos, colores chillones y todas esas cosas que hacen del manchego nuestro artista más internacional (¿por qué cada vez que hablan de él en el telediario repiten siempre la misma muletilla?).

Eran años en los que escribir la letra de una canción era más fácil que irse a la cama con Loles León, años en los que quien no se metía un pico era porque no tenía brazos (de ahí la expresión “¿qué pasa tronco?”. Chiste fácil, lo sé) y años que no pasaron en balde, pero pasaron, razón por la cual casi todos esos transgresores son hoy productores discográficos, productores cinematográficos, comentaristas radiofónicos, presentadores de televisión, esposas de ricos, ricos o muertos recordados en conciertos, exposiciones, discos recopilatorios y demás sandeces rentables. Pero vamos, que trabajando hoy no queda ninguno.

Quizás el lector piense que lo que tengo es rabia porque yo pasé la juventud en la época de Cobi en vez de la Naranjito, de los Diyéis en vez de la de Horacio Pinchadiscos, de Ana Rosa Quintana en vez de Ouka Lele, de Alejandro Sanz en vez de Leño, de Leticia Sabater en vez de la Bruja Avería y en la de Los Serrano en vez de la de Cuéntame.

Y tienen razón.

Pero me juego las gónadas a que si la movida hubiese nacido en Vigo, hoy no la conocían ni los de Siniestro Total.

Dios salve al conselleiro.

jueves, 15 de noviembre de 2007

Alicia



- Alicia, firma aquí, no lo pienses más.
- Es que me da no sé qué, han sido tantos años...
- No me vengas ahora con romanticismos nostálgicos. Piensa en todo lo que vamos a ganar. Todos.
- Está bien, conejo avaricioso, tú ganas. Aquí tienes mi firma.
- No te arrepentirás, Alicia, no te arrepentirás.

Y de este modo, el País de las Maravillas se convirtió en una nueva Ciudad de Vacaciones.

martes, 13 de noviembre de 2007

El peor trabajo del mundo




Seguramente muchos de ustedes se habrán preguntado cuál es el peor trabajo del mundo. No, no es el de desactivador de bombas, logopeda de Rajoy ni el de esteticien de Aramís Fuster, a quien dios tenga pronto en su gloria. El peor trabajo del mundo es el de camarero en un bar de monólogos. El mío. Mi trabajo, no mi bar.

Estoy harto de los monólogos. Por mucho que ahora los llamen stand up comedy, son los monólogos de toda la vida. Bueno, de hace unos años en los que todo se ha convertido en chistes sobre la cotidianeidad. Chistes malos. Maldigo al Club de la Comedia, a Pablo Motos, a todos sus amigos y a todos los 5imbéciles.com.

Noche tras noche tengo que ver al mismo público repeinado con la camisa y el suéter sobre los hombros (ellos) y el bronceado de uva y los pendientes de perlita o del osito de Tous (ellas). Con este tipo de público recién salido de una beatificación masiva, ser monologuista es más fácil que encamarte conmigo. Se ríen de todo, incluso antes de que empiece el monólogo. Una vez tuve que salir al escenario para advertir de que se estaba quemando el bar y todos muertos de risa. Al ver el humo, algunos dijeron “aiva, qué real, ¿no?” y cuando se quemaban, entre las llamas podía oír aún sus risas sinceras y bonachonas mezcladas con algunas llamadas de teléfono anulando la sesión de bronceado del día siguiente.

Este es el típico público que salen de la sala diciendo “¿qué fuerte, no? ¿cómo se dan cuenta de esas cosas? Es que me siento súper identificado… ¿se les ocurrirá ahí arriba o se lo apuntarán? ¿por qué se parecen tanto las palabras monólogo y mongolo? ¿por qué me hago tantas preguntas si tengo la vida resuelta?"

¿Qué piensa de sí misma una persona que un buen día decide hacerse monologuista? Que es un tío estupendo, tan gracioso e inteligente como Buenafuente y que su humor no debe perderse, que él puede ganarse la vida haciendo eso y no como el resto del mundo. Por eso, cuando acaban de trabajar como el resto del mundo, se meten en tugurios de mala muerte a explicar anécdotas con menos gracia que una lavativa. Y claro, como los ves a ellos triunfando ante su gilipúblico, piensas, coño, yo esto también lo sé hacer. Y te pones a pensar qué le hace reír a esta gente para meterte tú también en el ajo. Y la conclusión es siempre la misma: la guerra de sexos.

Por favor, que quede claro de una santa vez: ya, ya lo sabemos. Nos lo habéis dicho todos mil veces: nosotros no bajamos la taza del váter y amamos al fútbol sobre todas las cosas y no nos gusta que nos pregunten si la ves más gorda. Ya sabemos que ellas cuando dicen sí quieren decir no, cuando tienen la regla están mejor ahorcadas y que no las puedes acompañar a comprarte ropa porque no es tu mundo.

¿Te has fijado en que todos los malos monologuistas empiezan por la frase “Te has fijado en que…? Yo estoy tan harto de mi trabajo que cuando veo una pared de ladrillos y mucha gente mirando, espero por dios que sea un fusilamiento, el mío propio. Lo prefiero mil veces antes que otro monólogo de Agustín Jiménez, Eva Hache, Quequé o el maldito Club de Flo.

lunes, 12 de noviembre de 2007




En cuanto entró en el cuarto oscuro, vio la luz.

viernes, 9 de noviembre de 2007

Aznar Rosa Quintana



Sí, lo confieso. Yo escribí “Cartas a un joven español”. Yo soy, por así decirlo, el negro de Aznar. ¿O es que acaso alguien pensaba que un personaje de su importancia podía perder el tiempo garabateando sus sublimes pensamientos? Sí hombre, y mientras tanto, ¿quién se ocupa del mundo? ¿Setapé? ¿George? Amos, anda.

Nunca olvidaré aquel día. Me encontraba yo en los cursos de preparación a monaguillo federado cuando recibí un mensaje de texto: “Ola, soll Edu. Necesitamos a halguien que hescriva vien. Mañana nos bemos en Jenoba.”. Yo nunca he sido un hombre comprometido políticamente, salvo cuando firmé treinta veces para apoyar un decreto ley que obligara a cortarle la lengua a Rosa Díez. Pero por lo demás, siempre he intentado ser centrista y votar a los más desfavorecidos, como Ynestrillas. Seguramente llegaron a mí a través de mi padre, que es alférez en los Legionario de Cristo y siempre anda presumiendo del hijo tan inteligente que tiene. Y de mí.

La cuestión es que me presenté en su despacho. Entré justo cuando Mariano se llevaba la bandeja con las tazas de café vacías. ¿Le traigo algo al sheñor?, me dijo. No, gracias. Sólo una cosa, ¿puedo pedirle un favor? Shí, shí, dígame. ¿Puede usted decir “susana es sesuda”? Mariano lanzó al suelo la bandeja y salió corriendo y llorando mientras todos los que andaban por el pasillo reían mi gracia y le atizaban con sus cinturones. Aznar, con los pies encima de la mesa, se atusaba el pelo y sonreía magnánimo.

- Pobre Mariano, nunca será nada en la vida. Anda chaval, pasa y siéntate. Señorita, no me pasen más llamadas. No, claro, claro, si es doña Ana sí. Y si es pedrojota, dile que he quedado con Exuberancia Rapú, que se traiga la cámara de vídeo, ja, ja, ja. Desde luego, cómo soy. En fin, vamos a lo nuestro. Me han dicho que eres bueno con las letras.
- Sí, hago lo que puedo.
- ¿Has escrito algo que pueda leer? Ya sabes que yo sólo leo cosas del siglo de oro.
- Ehh, pues no, es que yo en el siglo de oro no había nacido.
- Vaya. Bueno, es igual, vienes recomendado por Ángel y no tienes apellidos vascos. De hecho, me extraña que no tengas apellidos. ¿Por qué?
- Los perdí con lo de la estafa de los sellos.
- Malditos sociatas, nos llevarán a todos a la ruina. Os llevarán, sorry. Bueno, al grano: quiero que escribas la obra culminante del pensamiento político español. Es decir, quiero que aglutines todo mi pensamiento en un libro. Sin embargo, soy consciente de la complejidad de mis disquisiciones. Trasladar mis teoremas y mis predicciones de futuro con mi lenguaje técnico sería un galimatías difícil de entender por un pueblo tan llano como el nuestro. Imagínate, si se dejaron engañar por los masones y aún hay gente que piensa que lo del 11-M no fueron los etarras disfrazados de moros, ¿cómo van a llegar al fondo de mi mensaje?
- Claro, claro- dije yo, que no podía apartar la vista de la colección de fotos de Norma Duval dedicadas.
- Pues por eso estás aquí, tú serás mi filtro, el tamiz por el que pasarán mis grandiosas ideas. Tu función será adaptarlas y convertirlas en parábolas, como hacía uno de mis antecesores, para que los borreg, estee… los votantes puedan alcanzar la felicidad a través de mis palabras. Mira, en este folleto tríptico del PP están los puntos maestros y en la web de las FAES hay algo más. Lo pillas todo y para la semana que viene me traes un manuscrito a ordenador de 300 páginas. ¿Está claro?
- Sí, sí.
- Pues nada, hasta la semana que viene.
- Don José María, por favor, ¿me lo podría decir a mí también? Es que me hace ilusión.
- Caray, con todas las visitas lo mismo. Está bien: Váyase, señor escritor, váyase.
- Gracias, gracias.

Mientras salía de su despacho con el mayor encargo de mi vida, el gran José María llamaba a Annie Liebovitz para encargarle la foto de la portada del libro. Pasé junto a Mariano, que estaba haciendo unas fotocopias y probé el típico truco de hacer como si le vas a dar una colleja y cuando se acurruca asustado, tocarme el pelo. Funcionó y todos echaron a reír de nuevo, salvo Gallardón, que estaba mosqueado porque Esperanza le había vuelto a robar el bocadillo.

martes, 6 de noviembre de 2007

Biografía de Alfredo Landa


Alfredo Landa y Bahamonde nació hace hoy 74 años en la ciudad de Baltimore (Massachussets). Su verdadero nombre era Martín Landau, pero decidió cambiárselo, no por el parecido con el del otro actor, sino porque su segundo apellido era Porahí. Hijo de un vendedor de fregonas y de una técnica de la NASA, vio cómo su familia tuvo que trasladarse a San Sebastián para que el padre pudiera hacer realidad su sueño: mudarse a San Sebastián, a ver qué tal. Alfredo Landa siempre creyó tener el gusanillo de ser actor. Sin embargo, a los 9 años descubrieron que eran lombrices. Pero ya era demasiado tarde, el mozo había decidido dedicarse a la comedia, por lo que sus padres lo matricularon en el Actors Studio, donde compartió pupitre con gente como Dustin Hoffmann o Al Pacino. Al cabo de un tiempo consiguió un pupitre para él solo y siguió sus estudios con mayor comodidad. No obstante, acabó siendo expulsado dos años después por negarse a interpretar Hamlet sosteniendo una calavera en la mano. “Con la mano que me sacudo la chorra después de mear no toco muertos, que luego se pillan cosas raras” , declaró a la dirección, que sumaron este acto de indisciplina al hecho de que no supiese inglés y de que llegase tarde todos los días con la excusa de que venía desde Donosti.

Ni corto ni perezoso, ni viceversa, Alfredo Landa marchó para Madrid, donde obtuvo su primer papel en la película “La ciudad no es para mí”, haciendo de policía familiar de Paco Martínez Soria, a quien mandamos un saludo. Hola Paco. Desde ese momento, la fama de Alfredo Landa fue creciendo y creciendo, hasta convertirse en el actor bajito con la fama más grande de España. Mas no sólo su faceta actoral fue in crescendo. También su labor como activista político fue crucial en la época en la que nos movíamos. Se movían ellos, vaya, que yo soy más joven. Desde la clandestinidad y junto a otros grandes artistas de la época como Gracita Morales, José Luis López Vázquez o Piraña, fundaron los cimientos de lo que hoy se conoce como “El landismo” y que entonces también se conocía así. En todo este tiempo nadie ha creído conveniente cambiarle el nombre, o no ha tenido tiempo. El landismo bebía de las fuentes de los marxistas, los revisionistas, los troskistas y de algunos taxistas, y promovía la democratización del país, pero olvidaron decir de cuál, razón por la que no cuajó.

Con la llegada de la transición, la figura de Alfredo Landa fue cayendo paulatinamente en el olvido y sólo José Luis Garci contó con él para peliculones como El Crack o las que ha ido haciendo después, ésas en blanco y negro en las que no pasa nada. Cuando Garci le envió el guión de la película “Ninette”, Alfredo Landa lo rechazó porque, por primera vez, no se veía capaz de meterse en el papel. Y se retiró. Garci, por su parte, sustituyó a nuestro protagonista por Elsa Pataky. Nunca le estaremos suficientemente agradecidos.

Tras ese duro golpe, Alfredo Landa decidió liarse la manta a la cabeza y cumplir un sueño que había tenido desde pequeño: no hacer más películas. Para ello, y aprovechando la manta, abandonó España y se fue a Catalunya, desde donde pilló un Cercanías y tres años después llegó a Marruecos. Ahí pasa sus últimos días vendiendo alfombras a turistas españoles que se le quedan mirando, pensando de qué conocen ellos a este señor. Y entonces, el gran Alfredo Landa interpreta su mejor papel y tras venderles la alfombra sin regatear casi se saca una foto con los pardillos y los ve alejarse, sin saber que acaban de estar con el más grande entre los grandes. Y los pequeños.

(esta biografía no esta autorizada, de momento...)

NO HAY PALABRAS



Hoy sólo hay foto, en solidaridad con la huelga de guionistas americanos, capaces de escribir pelis tan impresionantes como Blues Brothers, traducida en España como Granujas a todo ritmo. ¿Para cuándo una huelga de traductores de películas?

lunes, 5 de noviembre de 2007

HE VISTO A LA VIRGEN



Puede que empezar así una declaración me reste credibilidad ante sus ojos, llevándole a pensar quizás que soy uno de esos típicos niños pastores apocalípticos de Fátima, Lourdes o la calle Génova. Pero las cosas sucedieron tan de repente que me he visto en la obligación de no andarme con rodeos, pues tengo un mensaje que anunciar al mundo y he escogido este blog por su seriedad, por su rigor científico, por la multitud de personas inteligentes que lo visitan y porque en el de El País sólo me harían caso si decía que la Virgen me había dicho que ETA no había tenido nada que ver con el 11-M, cosa que no sucedió, para alegría y jolgorio de pedrojotas.

Empezaré ya mi relato, pues si me ando mucho por las ramas puede que cuando usted lea esto, sea ya demasiado tarde. Tumbado en mi sofá estaba ayer domingo, viendo el fútbol gratis en La Sexta cuando de repente, en el momento en el que mi equipo estaba a punto de marcar un gol por la escuadra, se nubla la pantalla y en lugar de Gica Craioveanu y su pertinaz flequillo, aparece una señora con una corona resplandeciente en la cabeza, lágrimas de sangre en los carrillos y las manos juntas, como rezando. Pensando que se trataba de una estratagema de Sogecable para fastidiar a la cadena de Milikito por lo de la guerra del fútbol, me cisqué en los muertos del nuevo jefe del monopolio (o sea, en el recién difunto Polanco) y traté de volver a sintonizar con la tarde de fútbol, goles y alegría. Mas cuál fue mi sorpresa cuando la señora, lejos de desaparecer de la pantalla, me llamó por mi nombre:

- Adelino…, Adelino… Soy María, la Virgen. Nuestra señora, la madre de Dios. La Inmaculada. La Virgen María, vamos.

Entre lo súbito de la aparición, la modorra postsiestática, el abotargamiento cerebral común a los días festivos y que, por así decirlo, me pilló a contrapié, no supe qué decir y quede frente a la caja tonta con la boca abierta.

- He venido para comunicarte algo. Quiero que seas tú mi mensajero.
- ¿Yo?
- Sí, tú. Hace algunos años, mi marido y yo decidimos mandar a otro hijo nuestro a la Tierra para difundir un mensaje y que de paso aprendiera idiomas y conociera gente. Su tarea era llevar la paz al mundo y demostrar así que no solo existimos, sino que además pagamos la Seguridad Social como todo hijo de vecino. Pero viendo cómo habíais tratado a Jesús, le comenté que tuviese cuidado con los milagros, que fuese un poco más disimulado y que se alejase en la medida de lo posible de las cruces y de los señores con clavos y martillos que las merodean. Pero él, en vez de cumplir su misión, se ha dedicado todo este tiempo a vivir de sus poderes, olvidando por completo cuál es su cometido en este mundo. Y gastándose un buen dinero, todo hay que decirlo. He intentado hablar con él mil veces para intentar que vuelva al redil y para que se ponga la camisa por dentro, pero ya sabes que los hijos pasan de las madres. Y encima ahora no me coge el móvil. Así que me he aparecido a ti, que eres el primero de la guía de teléfonos, para que le digas que o hace lo que tiene que hacer y se viene para casa, o cuando su padre se entere, que no me venga llorando.
- Pero María, perdón, doña Virgen, este… Virgenmaría…ché qué lío, ¿cómo lo reconoceré?
- Muy fácil, lleva pelo largo, chalequito negro y sombrero de copa. Y responde al nombre de Juan Tamariz.
- ¡No joda!
- No puedo. Y ahora te dejo, que tengo que planchar las túnicas de todos los 400 y pico beatos que nos habéis mandado desde España. Mira que habéis tenido tiempo desde el 39. Pues nada, ¡todo a última hora! Españoles…

Al instante, la imagen de Ronaldinho celebrando un gol volvió a la pantalla del televisor. Desgraciadamente, el teléfono de Juan Tamariz no sale en la guía, y los del 11811 me han dicho que no me dan teléfonos de famosos. Así que voy a aprovechar la ocasión para que si alguien ve al mago, por favor, díganle que su madre le está buscando. Y que conecte el móvil, que por su culpa me perdí lo mejor del partido.

miércoles, 31 de octubre de 2007

Homenaje a "los Liantes" 3/3


Se dice que las películas de Esteso y Pajares son machistas porque tratan a las mujeres como trozos de carne. Podríamos rebatir este argumento diciendo que si ello fuera así, el papel de la esposa de Fidel no tendría por qué ser el de la mujer cabal e inteligente que se da cuenta de que la vida de su marido no es la más correcta. Pero no lo haremos porque nadie nos creería y las causas perdidas no son lo nuestro. Es más, añadiremos unas cuantas referencias que en las películas se hace al sexo femenino y que hace más que obvio que no intentemos luchar contra la corriente:

- La mujer es eso que lleva bragas.
- Una mujer que piensa siempre es un peligro.
- Una mujer que no habla, ¿no es acaso un caso de suerte?

Son sólo tres ejemplos del tratamiento de los diálogos con los que podemos disfrutar mientras vemos esta peli. Destacamos otros aquí, como la sesuda estrategia de Amador para intentar llevarse al huerto a una rubia en el casino:

Amador: Hola, ¿a qué juegas?
Ella: A la ruleta americana.
Amador: ¿Jugamos a papás y a mamás?

Y en ese plan. También hay lugar para la filosofía, como cuando Fidel, al pillar a su mujer y a su amante en la caravana de Amador, suelta un:

- El que se oculta, algo tiene que ocultar.

Eso lo dicen en una de Bergman y los críticos más intelectuales estarían analizando las influencias que Poe y La Carta Escondida poseen en su obra. Pero claro, como lo han dicho esos de los pantalones cortos y la sueca en bolas, pues no cuenta.

A nuestro modesto entender, esa escena de la caravana es uno de los puntos cumbre del cine patrio, pues mezcla perfectamente el pensamiento metafísico del que hablábamos con dosis de destape y humor, sin duda para hacerlo más accesible a las aún por entonces tiernas mentes de la sociedad española. Eso sí, humor de calidad, jugando con las palabras y con su doble sentido, como cuando, al encontrar Fidel un bolso igual al de su esposa en la caravana, antes de descubrir el pastel, saca un pañuelo y, atando cabos, expresa:

- ¡A mí este pañuelo me suena!

Pañuelo, suena, ¿lo pillan? Pues así todo el rato, oiga. Es que son para morirse.

Sí, lo reconocemos, ahora es muy fácil criticarles, a toro pasado, como los cobardes, pero no por ello hemos de dejar de reconocer que estos señores han sido innovadores y que han marcado escuela. Y no lo decimos sólo por sus interpretaciones. Hablamos ahora de marketing. Concretamente, de product placement. Si es usted profano en la materia, piense en una de las teleseries que ocupan ahora nuestras pantallas televisivas. Seguro que se le ha hecho raro que en plena discusión en cualquier habitación de la casa, pongamos por ejemplo, el WC, aparezca, en el lugar más insospechado, junto al papel higiénico, un brick de PULEVA. ¿Qué pinta ahí? Muy fácil: está haciendo publicidad encubierta. Ingenioso truco, ¿verdad? Pues eso lo inventó Ozores en esta peli. Cuando Amador se beneficia a la primera de la peli con Fidel metido en la nevera porque no encuentran las llaves de las esposas que los unen (mítica solución, sí señor),un brick de CLESA nos impide ver las pudendas partes de abajo de la moza, llevando nuestra atención a la marca en cuestión. Y no es la única marca que aparece, porque seguro que Codorniz también pagó por que su póster apareciera en plena discusión matrimonial de Fidel. Por no hablar de lo que se dejaría la discoteca JOY, muy de moda por aquel entonces, y que aparece por doquier, en cualquier pared, creando una imagen de marca muy atractiva y de una manera ciertamente inusual en la época.

En resumen, encontramos en esta película la tradición literaria proveniente de la picaresca española, el glamour de las películas de casinos y grandes apuestas, el despertar al erotismo en un país sediento de carne, la crítica social encubierta de quien no se atreve todavía a alzar la voz por miedo de que sigan cayendo ostias, la filosofía, el humor, la acción desenfrenada, innovaciones marketinianas… ¿qué más se puede pedir?

Que la saquen en DVD, por favor. Y que les hagan una estatua, que ya va siendo hora. Ah, y que le pinten una raya al Esteso, que ya le ha dado el telele. ¿O estará fingiendo y esa espuma que suelta por la boca también es falsa? Ay, qué liantes son estos liantes.

(final)

Homenaje a "los Liantes" 2/3


Volvamos a la película. Tras una acertada y divertida presentación de los personajes, se pasa de forma más que patillera a lo que será la trama del film. Eduardo se entera de la llegada de un millonario supersticioso al casino. Y con Fidel planean una acción que haría las delicias de los guionistas de Ocean’s Eleven: le hacen creer al señor que Amador es un hombre elefante, que da suerte a los que le rodean, sin que éste lo sepa, porque le gustan mucho las mujeres y puede echarlo todo a perder. Sí, ya sabemos que no tiene ninguna coherencia, pero es así y no seremos nosotros quienes lo critiquemos, que esto no es una tesis, es un homenaje, qué caramba.

Por causas aún más retorcidas, el plan funciona, el rico gana, Amador descubre que tiene poderes y Fidel cree que con este último golpe podrá retirarse de esta vida de aventura y casarse con su mujer, la cabaretera que intenta llevarlo por el buen camino.

Pero, mira por dónde, la obsesión de Amador por las mujeres lleva al traste todos los planes (para que luego digan que don Mariano hacía los guiones como si tal cosa) y los liantes descubren la fugacidad de la felicidad y que el dinero fácil, tan rápido como viene, se va. Por lo que tendrán que seguir dándole al ingenio para seguir sacando adelante su atribulada y divertida existencia.

La película acaba de una forma no demasiado romántica: el último pelotazo de Amador y Fidel consiste en vender a la mujer del último y al resto de sus compañeras del cabaret a unos magnates árabes, demostrando que ni siquiera los petrodólares puede ganarle a la picaresca española.

(continuará...)

lunes, 29 de octubre de 2007

Homenaje a "Los Liantes" 1/3



Una película escrita y dirigida (es un decir) por Mariano Ozores. Protagonizada por Andrés Pajares, Fernando Esteso y Antonio Ozores. Con Adriana Vega, Loreta Tovar, Marcia Bell, Emiliano Redondo. Música, muy buena por cierto, del Maestro Gregorio G. Segura.

Argumento: Estamos en la Costa del Sol, muy cerca de Benalmádena. En España gobierna como puede la UCD, aunque se vislumbre muy cercano su final. A nuestras playas llegan turistas de todas partes de Europa y el hecho de que se acabe de legalizar el juego permite la proliferación de casinos. ¿Cómo afrontan los españoles esta dolce vita a la que llegamos tras cuarenta años de gobierno del “otro”?

Unos deciden dejar en casa a su mujer y pasarse las vacaciones agarrado a los pechos de la primera sueca que se cruza en su camino mientras que los más pudientes, optan por derrochar sus fortunas en las ruletas y black jacks.

Y otros, pues se aprovechan de estos y aquéllos, al mismo tiempo que no dejan pasar la oportunidad de echarle el guante al material femenino que de allende nuestras fronteras llega en busca de sol y de oportunidades de catar al prototipo del macho español que tantas noches de gloria le ofrecerá.

Aquí entran los tres protagonistas de esta película. Fidel (Esteso) es un señor bajito y gordito casado con una cabaretera y que tiene un lío con una sueca rubia que para combatir el calor típico de la zona, viste una única prenda de ropa: una cinta de tenis en la cabeza.
Amador (Pajares), es un guapo y moreno donjuan que tiene locas a todas las mozas de la costa y vive en una caravana, en un claro indicio de que en España empezaba a ser un verdadero problema eso de encontrar una vivienda.
Ambos son los amigos de Eduardo (Ozores), el cerebro de este grupo de descerebrados. Nótese, antes de seguir, la maestría del guionista para indicarnos, a través de la nomenclatura de los personajes, la personalidad de los mismos. Así, Fidel es un infiel y Amador un latin lover. ¿Y Eduardo? Bien, gracias.

Estos tres señores se dedican, de mil y una formas diferentes, a dar pelotazos a diestro y siniestro a costa de los inocentes turistas que nos visitan dejándose la pasta en el empeño, de los empresarios que igual que los protagonistas intentan sacar tajada de la coyuntura o de magnates que no tienen otra cosa que hacer que gastar dinero. Para ello se convierten en cantantes, profesores de paracaidismo/explotadores de vistas panorámicas, técnicos en modernas alarmas realizadas a base de rollos de papel higiénico, epilépticos de centro comercial… cualquier negocio es bueno si sirve para sacar la tajada diaria. El centro de operaciones es el lugar donde trabaja Eduardo. Esto sería algo normal si no fuera porque durante la película, Eduardo, reflejando la situación de pluriempleo a la que se enfrentaban muchos españoles para llegar a fin de mes (para que luego digan que no era cine social) recibe a sus dos ayudantes en cuatro lugares de trabajo diferentes: la playa, un centro de lavado de coches, las calderas del aire acondicionado del casino y un taller mecánico. Este último lugar merece una mención aparte por la decoración del mismo. Mientras los personajes hablan, los espectadores pueden ir partiéndose la caja con los carteles que podemos ver colgados detrás:

- Prohibido hablar del 23-F
- Aquí se viene a liar
- Os juro que esto es un taller
- Los pagos a 90 días, adelantado
- Se prohíbe cantar

El paro, el pluriempleo, la precariedad de la vivienda, el golpe de Estado, la crisis de UCD, la sensación de algunos (entre ellos el realizador) de que con Franco (“el otro” vivíamos mejor)…Puede que Mariano Ozores se parezca tanto a Ken Loach como un huevo a una castaña, pero lo que no se pude negar es que el director español no aprovecha la más mínima oportunidad para sacar punta a la situación política y social que en esos momentos vivía el país.

(continuará...)

viernes, 26 de octubre de 2007

LA AMENAZA FANTASMA



Si no te duermes, vendrá el coco y te comerá. Si no me das el bocadillo, a la salida te espero. Si sigues hablando con tus amigos en clase, tendré que hacerlo yo con tus padres. Si no dejas de hacer eso que haces en el váter, te quedarás ciego. Si no crees en Dios Todopoderoso, arderás en el infierno de los pecadores. Si no estudias durante el invierno, no vendrás al campo este verano. Si no escoges una carrera con salida, te irás directo al paro. Si no aceptas trabajar sin cobrar, hay mil como tú esperando tras la puerta. Si no te pones condón, se te caerá la pilila a cachos. Si no te sacrificas un poco más por la empresa, nos vamos todos al garete por tu culpa, por tu culpa, por tu gran culpa. Si no nos casamos es que no me quieres. Si no te compras ya el piso, acabaremos viviendo debajo de un puente. Si no empiezas ya a pensar en tu plan de pensiones, cuando seas viejo te morirás arruinado. Si no te pones internet de telefónica, estarás negando la educación a tus hijos. Si no te pones el plus, no verás el fútbol y no podrás hablar de nada el lunes en la oficina. Si no te compras una segunda vivienda en la costa, no eres nadie. Si no aceptas la prejubilación, tendremos que trasladarte a 200 kilómetros. Si no me adelantas parte de la herencia, quizás no vuelvas a ver a los nietos en tu puta vida. Si no se decanta por la incineración, los gusanos se lo comerán.

Conclusión:desde que naces hasta que mueres, hay alguien que te quiere comer. Como en la selva.

Video del viernes



Robyn - Konichiwa Bitches

miércoles, 24 de octubre de 2007

LA LEYENDA DE LA MALDITA VIEJA DEL SEGUNDO



El fenómeno de las “malditas viejas de los segundos” es común en todos los edificios de más de tres plantas de España. Comenzó en a mediados de los 70, financiado por la Conferencia Episcopal para contrarrestar el auge que estaba teniendo el de las “vecinas del quinto”. Para evitar que los hombres ibéricos se pasasen horas y horas en casa esperando a la jamona que se acababa de instalar en el quinto piso, se trajeron ordas de ancianas de los cada vez más despoblados pueblos del interior y se colocó estratégicamente una maldita vieja en las segundas plantas con el objetivo de hacer tan inhabitable el clima en la finca que los señores no tuviesen más remedio que irse a trabajar, a misa, al fútbol o a la compra.

Pero que no se quedaran en casa pensando en pecar. Y menos, si no era con su mujer.

¿Cómo reconoceríamos hoy a una maldita vieja del segundo? Hay una serie de características que ayudan: las malditas viejas del segundo son sordas si quieres preguntarles algo, pero tienen más oído que un elefante si se juntan más de 3 personas en tu casa. Las malditas viejas del segundo saben la vida de todos tus vecinos y creen que a ti te interesa. Las malditas viejas del segundo tienen la fea costumbre de que cuando les preguntas qué tal están, contestarte con todo lujo de detalles sobre sus enfermedades. Las malditas viejas del segundo guardan secretos, bien en forma de pañuelo de papel usado en la manga, bien en forma de bragas de la postguerra que tienden justo enfrente de tu ventana, bien en forma de almendra garrapiñada de cuando las almendras garrapiñadas tenían algún valor, que te regalan por como recompensa por haberles subido la compra de la semana hasta su casa, que huele como todas las casas de todas las malditas viejas del segundo del mundo.

Por supuesto, las malditas viejas del segundo tienen una edad avanzada, y por ello andan a paso de tortuga ocupando toda la escalera si necesitas subir rápido a tu casa porque empieza el fútbol. Y corren que se las pelan ataviadas con bata y rulos para salir por la tele si algún vecino ha matado a su mujer a martillazos, cosa que, por suerte, no suele ocurrir todas las semanas en la finca donde vivo yo.

Tras los ochenta y a raíz del aumento desmesurado del precio de las viviendas, las vecinas del quinto tuvieron que buscarse novios con los que compartir el piso y la hipoteca del mismo, con lo que las malditas viejas del segundo cayeron un poco en desuso, siendo utilizadas como público en los programas de testimonios de las tardes o bien deportadas en autobuses patera a Benidorm, donde las ponían a bailar pasodobles en bailes y verbenas que acababan con el himno de Valencia cantado por Francisco. Tras esa canción, exhaustas, las malditas viejas del segundo más débiles morían y se iban al cielo de las malditas viejas del segundo.

Pero hoy aún quedan malditas viejas del segundo diseminadas por toda nuestra geografía, que se resisten a dejar que los nuevos tiempos acaben con ellas como acabaron con las vecinas de los quintos. Pero les quedan pocos días de vida, porque Rajoy, que es un tío más listo que el hambre aunque sesee, ha descubierto que el problema del mundo no es el cambio climático ya que no sabemos el tiempo que va a hacer mañana en Sevilla, sino la reproducción lenta y constante de las malditas viejas del segundo.

Y aunque no lo ha dicho, sé de buena tinta que si gana las elecciones, va a emprender una campaña de exterminio con ellas que ríete tú de la de los nazis. Empezará quitando los programas de José Luis Moreno. Y con lo cruel que es, no quiero ni imaginar cómo podría acabar.

No creo que el resto de los vecinos, por mal que nos caigan las malditas viejas del segundo, seamos tan bobos como para votar a Rajoy. Pero como ya se han visto cosas peores, yo ya le he mandado un mail a mi abuela, diciéndole que se vuelva al pueblo antes de que sea demasiado tarde.

martes, 23 de octubre de 2007

La típica historia del funcionario rutinario




El funcionario rutinario se levanta, como cada mañana desde hace 30 años a la misma hora y con la misma mujer. Se pone su traje gris de los miércoles y acude a trabajar. El funcionario rutinario estampa su firma en montoncitos de documentos que van desde la columna de entrada a la de salida. Hasta las tres de la tarde. Entonces el funcionario rutinario se levanta, se despide del resto de funcionarios rutinarios y va a casa a comer el arroz que su esposa, el ama de casa rutinaria, le ha preparado. Cuando llega al portal de su casa (en realidad aún no ha acabado de pagar la hipoteca), saluda a la portera y abre el buzón, recoge las cartas del banco y sube a su casa contando los escalones.

Al funcionario rutinario le gusta hacer la siesta después de comer y salir a pasear por las mismas calles hasta que se hace de noche. Entonces vuelve, se pone sus zapatillas de andar por casa, cena y mira la tele, sentado en el sofá junto a su esposa rutinaria.

Y ven el telediario. Y ven las muertes, los atentados, las inundaciones, las guerras, los políticos, los terremotos, los dictadores, los lloros, los gritos y las violaciones.

El funcionario rutinario piensa virgencita virgencita que me quede como estoy y al cabo de un rato se duerme, pensando que mañana será otro día.

EN EL NOM DE CAROD




A Juan Bautista Carod Rovira le molesta muchísimo que no le llamen por su nombre. No es tan difícil: Pedro Juan Carod Rovira, así, sin más. Por eso, Vicente Manuel Carod Rovira se enfada cuando, por ejemplo, en un debate de televisión, un enviado de Esperanza Aguirre le llama Marcos Antonio Carod Rovira. Oiga, le contesta, yo me llamo Aníbal Jonás Carod Rovira aquí y en la China. Y el otro, que sabe que cuánto le chincha que le llamen Pedro Juan Carod Rovira, le pide perdón señor Néstor Fabricio Carod Rovira y se sienta, sabiendo que lo ha herido en lo más profundo de su maldito corazón independentista.

Esa noche del programa, Liberto Sinforoso Carod Rovira llegó a su casa de más mala leche que cuando va a renovar su D.N.I. español.

- ¿Qué te pasa, Santiago Jesús?- le pregunta su mujer.
- Nada, esos malditos españoles, que me siguen cambiando el nombre para joder.
- Ay, Vicente Ernesto, te tengo dicho que no les hagas caso. Lo hacen por envidia, porque ellos no tienen patria ni lengua ni historia ni nada.
- Ya, pero prefería lo de antes, cuando se metían porque no sabía pronunciar la egue.
- ¿La qué?
- La egue. De Gamón.
- Ah sí. Venga, va, tonto, ¿quieres que juguemos a etarras y catalanes? Te relajará, Daniel Ángel.
- Vale, pero sin conversaciones preliminares. Vayamos al acuerdo.
- Vale machote mío.

Y así, Nicanor Obdulio Carod Rovira y su mujer abrazan, se besan, se desnudan y hacen el amor. Y cuando están a puntito a puntito, él le pregunta si le gusta y ella le dice:

- Sí, sí, hazme tuya, José Luis.

Y al oír a su mujer pronunciando el nombre del presidente del país enemigo y opresor, Raimundo Manolo Carod Rovira comprende que esta vida es una mierda, vivas en el país que vivas, y que lo que su mujer hace con ése otro mientras él está liberando a la nación catalana, definitivamente no tiene nombre.

lunes, 22 de octubre de 2007

Glamour




En el último piso del rascacielos, la luz que salía de la ventana de su despacho contrastaba con la oscuridad que hacía horas se había adueñado de la ciudad. Por la calle sólo putas, basureros y borrachos acompañaban a las farolas encendidas.

En ese momento, el creativo publicitario, en su despacho, separó los dedos del teclado, alzó la mirada y en la pantalla de su Macintosh leyó su texto.

“EL PRIMER MOMENTO DEL DÍA... ¡EL MEJOR MOMENTO DEL DÍA!

¡Levántate de la cama de un salto! Porque en la cocina te espera un suculento bol de magníficos cereales chocolateados Kreeepis. Más crujientes que nunca y con todo el sabor que tanto te gusta a ti y con todas las vitaminas que tanto le gustan a tu madre. Y además, si eres de los 150 primeros que nos envías 5 códigos de barras de tus Kreepis, entrarás en un sorteo de 20 fantásticos y maravillosos Kreepolines de peluche, para que te lleves a tu mascota favorita al cole, al patio, al campo o donde tú quieras.

¡No te duermas y levántate ya a por tus Kreepis! Y si tu madre no los tiene en la despensa, ¡pídeselos!”


Lo imprimió, lo dejó en la mesa ahora vacía de su director creativo y marchó para casa, satisfecho de haber conseguido un trabajo en el que pueda dar rienda suelta a su excelso talento creativo.

jueves, 4 de octubre de 2007

La belleza



Hace un par de noches acudí a un pasado por agua concierto de Joaquín Sabina y Joan Manel Serrat en Gandía. Pagué 30 euros por él y puedo decir que estuvieron muy bien invertidos, a pesar de tuvo que ser suspendido por la lluvia y de que entre canción y canción los dos cantantes más bien parecían los payasos de la tele con sus gracietas y chascarrillos.

Son dos cantantes peculiares, sin una gran voz, sin un gran físico, con problemas evidentes y constantes de salud, pero con una capacidad de crear letras bellas, bellísimas, tuyas, de todos, preciosas, alegres, tristes, deprimentes, sutiles, ingrávidas y gentiles, como pompas de jabón.

Es gente que se dedica a la búsqueda constante de la belleza. LA BELLEZA. Y creo que es algo que debemos admirar. Porque no lo hacen todos los cantantes, ni todos los artistas, ni todos los escritores, ni todos los fotógrafos. Tampoco es algo que sólo quede vedado para el mundo de la artes, ya que puedes buscar (y encontrar) LA BELLEZA siendo jardinero, futbolista, barrendero, peluquero o perroflauta.

Durante el concierto pensé que es a lo máximo que podemos aspirar los humanos. A la incesante e imposible búsqueda de LA BELLEZA, a transmitir con tu trabajo que el mundo puede ser un lugar más chulo y que por el mismo precio (quizás un poco más) que Bisbal escribe una tontería, Serrat compone Mediterráneo. Es tu decisión, o el dinero y la tontería y el mínimo esfuerzo o la belleza.

Pasó entonces que el anormal que tenía justo delante de mí sacó su teléfono móvil de última generación y se puso a echarle fotos al escenario. Estábamos demasiado lejos como para que se intuyeran las figuras de los cantantes, la cámara sólo captaba focos, luces azules, pero el centurio siguió en su empeño, captando por completo mi atención, más atenta a la pantallita del aparato que a las canciones. Cuando ya había tomado varias fotos que podían ser tituladas "Variaciones de la nada con puntitos azules" se dirigió al armario que tenía al lado y le dijo: "Joé qué caña. Ya he pillado un huevo del Sabina. ¿El Serrat este no tiene ninguna canción así famosa?" A lo que el compañero de rebaño contestó: "Famosas sí, pero así buenas no. Además, están casi todas en catalán."

Por suerte, la lluvia hizo acto de presencia y el concierto se suspendió. Yo me vine para casa a secarme, Serrat y Sabina se fueron con la cartera un poco más llena y la belleza se quedó allí, bajo el aguacero, pisando charcos y pensando que quién le mandaría a ella meterse en líos con lo bien que estaba con Bisbal.

martes, 2 de octubre de 2007

El Interrogatorio


Interior noche. La escena se sitúa en una sala de interrogatorios. Sentado en una silla, con las manos atadas a la espalda, un flexo iluminándole la cara y evidentes signos de desgaste físico, vemos a “Héroe”, implora un poco de piedad. De pie está “Policía 1” y “Policía 2”, con las mangas de la camisa arromangada y la pistola en la sobaquera.

Policía 1: Me voy a cagar en todo lo que se menea. ¿Tú te has creído que la policía es tonta o qué? Venga, canta, cuéntalo.

Héroe: ¿Cuántas veces os lo tengo que decir? ¡No sé nada!

Policía 2: No sé nada, no sé nada… ¡Mentiroso! Hemos grabado todas tus conversaciones, tenemos tu teléfono pinchado y sabemos que anoche recibiste una llamada y que te lo contaron. Lo que pasa es que justo en el momento cumbre hubo una interferencia y no pudimos oírlo.

Héroe: Ya os lo he dicho, a mí también me afectó esa interferencia. Se perdió la comunicación y tampoco yo me enteré de nada.

Policía 2 (a Policía 1): ¿Habéis llamado a Telefónica para confirmar que lo que dice es cierto?

Policía 1: Sí, pero ha sido imposible realizar la conexión. El número marcado está apagado o fuera de cobertura en este momento. O sea, que es mentira. Él lo escuchó, él lo sabe. Y él nos lo va a decir.

Héroe: Antes me corto las pelotas que daros esa alegría.

Policía 2: Nadie se ríe del Teniente Martínez. Mira, niñato, si soy famoso en el cuerpo es por mi habilidad para descubrir interceptar chistes nuevos. Mañana el alcalde tiene un discurso complicado y no hay nada para ganarse a la prensa como empezarlo con un buen chiste. Sabemos que el que te contaron ayer está recién salido del horno. Lo malo es que el panadero ya no volverá a hacerse el gracioso. A no ser que sepa hablar con la boca llena de tierra.

Héroe: ¡¡¡Hijos de puta!!! ¿Lo habéis matado? (echándose a llorar) Cabrones, sólo era un chiste…

Policía 1: Estoy harto de héroes. Él prefirió morir antes que contárnoslo. Y veo que tú vas a hacer lo mismo. (El Policía 1 se dirige a una estantería y de entre un montón de libros, extrae El Nou Estatut de Catalunya) Vamos a ver si sigues siendo tan valiente… Preàmbul: Catalunya s'ha anat fent en el decurs del temps amb les aportacions d'energies de moltes generacions, de moltes tradicions i cultures, que hi han trobat una terra d'acollida.

Héroe (viniéndose definitivamente abajo): ¡No, por dios, más estatut no! ¡Hablaré, hablaré…!

Policía 2: Pues venga, va, contesta. Se abre el telón y se ven dos trufas dándose de leches muy enfadadas. ¿Cómo se llama la película?

Héroe: … Trufas, too furious. Hijos de puta, ojalá no lo hayáis entendido.

Policía 2 (apuntándolo): Trufas, too furious. No está mal, no está mal. (A Policía 1) Que le den a este imbécil una buena ducha, que pase un par de noches en el calabozo para que se le quiten las ganas de traficar con chistes. Y pasado mañana lo soltáis en medio de un bosque. Yo voy a contárselo al alcalde. De esta me saco un ascenso, fijo, fijo…

AUNQUE TU NO LO SEPAS




AUNQUE TÚ NO LO SEPAS
Luis García Montero

Como la luz de un sueño,
que no raya en el mundo pero existe,
así he vivido yo
iluminado
esa parte de ti que no conoces,
la vida que has llevado junto a mis pensamientos...

Y aunque tú no lo sepas, yo te he visto
cruzar la puerta sin decir que no,
pedirme un cenicero, curiosear los libros,
responder al deseo de mis labios
con tus labios de whisky,
seguir mis pasos hasta el dormitorio.

También hemos hablado
en la cama, sin prisa, muchas tardes
esta cama de amor que no conoces,
la misma que se queda
fría cuanto te marchas.

Aunque tú no lo sepas te inventaba conmigo,
hicimos mil proyectos, paseamos
por todas las ciudades que te gustan,
recordamos canciones, elegimos renuncias,
aprendiendo los dos a convivir
entre la realidad y el pensamiento.

Espiada a la sombra de tu horario
o en la noche de un bar por mi sorpresa.
Así he vivido yo,
como la luz del sueño
que no recuerdas cuando te despiertas.

lunes, 1 de octubre de 2007

Me gusta el deporte



Querido diario,

¡¡¡lo he conseguido!!! Ha sido alucinante, un subidón de adrenalina total. Esto hay que repetirlo, pero ya. Me he sentido tan bien que creo que por un momento he sentido algo parecido a una erección. Por suerte, los pantaloncitos negros me venían tan apretados que se ha cortado la circulación de la sangre y la cosa no ha ido a mayores.

Finalmente sí que fue una buena idea lo de ponerme la camiseta de Brasil, aunque había otros más originales que iban disfrazados de chica, de pistacho o de guardia urbana. De todos modos, la próxima vez igual no me la traigo, porque del roce con los pezones me he hecho un poco de sangre y me escuece mucho cuando me los chupo.

Corriendo junto a 100.000 personas acreditadas por las zonas habilitadas para ello en el horario estipulado para ello el día señalado para ello me he sentido libre. Lo único malo de corretear por las calles de Barcelona es el cáncer de pulmón que te infecta el organismo si respiras. Pero me he comprado un caramelo mentolado para contrarrestar el efecto del dióxido de carbono, y a correr, nunca mejor dicho.

Al final ha ganado un marroquí y hemos hecho la broma de que ellos ganan porque están acostumbrados a correr delante de los skins y casi me meo de risa de la ocurrencia.

Yo he llegado el 89.600 y me han dado un diploma, una camiseta, un bocadillo y una botella de agua. Y aunque lo importante es participar, hacer piña y disfrutar del ambiente de camaradería, me voy a preparar a conciencia para el año que viene porque no estoy dispuesto a que un puto moro de mierda vuelva restregarnos su victoria por las narices.

Buenas noches, querido diario.

¡¡EL AUTOR, EL AUTOR!!


Desde que accedí a la creación de éste tu cuaderno de bitácoras, hace la friolera de unos quince minutos, mi dirección de correo se ha visto desbordada por mensajes de mujeres en edad de merecer que me piden, por favor, una foto mía para poder practicar el noble arte del onanismo, bien con un dedo, bien con dos, bien con toda la mano, bien por ellas. Esta fotografía me la tomó mi gran amigo el capitán rmk en uno de nuestros viajes por finlandia, país amable y hospitalario en el que la hidalguía de sus gentes es sólo comparable a la belleza de sus sombrillas. El capitán rmk y yo hemos recorrido más de medio mundo a la pata coja, pisando sólo en los bordillos de las aceras y en las partes blancas de los pasos de cebra. Somos los dos tan simpáticos que mucha gente nos pide perdón después de azotarnos con correas ardiendo.
Él hace unas fotos que te defecas y yo hago el pino puente con las orejas, así que decidimos unirnos y crear esta bitácora tan magnífica con un objetivo tan humilde como sincero: convertirnos en tertulianos de los programas de Jordi González y aprovechar sus momentos de relax para explotarle los granitos. Si lo conseguimos, todo habrá valido la pena.
Si no lo conseguimos y morimos en el intento, decidle a Lidia Lozano que la hija de Al Bano está debajo de la mesa del salón desde hace 23 años, esperando a que alguien la descubra y pueda parar, por fin, de jugar al escondite.

Y ahora os dejo, que he quedado con Aznar para cortarnos el pelo.